jueves, 12 de agosto de 2010

Naturaleza escorpión

Paula no tenía intenciones distintas a las de compartir tragos y una buena charla con sus amigas. Reír hasta llorar, criticar todo lo que se movía y lo que no también, burlarse de sus propias desgracias y brindar continuamente por las pequeñas bendiciones que han recibido a lo largo de una década de amistad.
Una mujer de 35 años que tras un largo período en pareja se encuentra nuevamente soltera se siente libre, cree haber recuperado su vida y su esencia, se convence que con la experiencia y la confianza que había ganado en ese tiempo podría manejar a su antojo cualquier situación que se diera con un hombre.
En mitad de una carcajada ve pasar a un atractivo varón, en 10 segundos pudo deducir que rondaba su edad, unos treinta y algo, emulando la visión de superman se percató que no llevaba anillo, y él al parecer tenía esa manía de héroes de comics porque llevaba una remera de Spiderman, una que dejaba notar una pancita cervecera.
Si lo examinara con sus sentidos lúcidos quizás no hubiera reparado en Martín, pero el alcohol hace que todo sea más lindo y vacilante, sin contar sus siete meses de sequía sexual. Su apetito era feroz.
Casi sin percatarse se encontró mirando de reojo constantemente a la mesa donde se encontraba, no dejaba de tocarse el pelo, su sonrisa era todavía mas amplia, cruzaba y descruzaba sus piernas haciendo resucitar esa falda a la que había dado por muerta.
No podía adentrarse en las conversaciones que mantenían en su mesa, toda su atención se dirigía hacia ese ejemplar de macho cabrío que la hacía alucinar con la fornicación. Inconscientemente muerde y lame sus labios, se sacude la ropa, toca sus pendientes, acaricia sus muñecas.
Hay cosas que no cambian, y a pesar de haber pasado la pubertad y la revolución de las hormonas, allí se encontraba ella, con las mismas mañas de coqueta, utilizando esos viejos artilugios que antaño tan bien le habían funcionado.
Bebía la helada cerveza que corría sin parar en su vaso, estaba sedienta, pero la Stella Artois no podía calmar esa necesidad incontenible de sentirse viva y tan pecadora.
La madrugada la aplastaba con una embriaguez elegante, tanto que no está segura de si realmente lo ve venir o simplemente es su deseo ardiente mezclado con su borrachera lo que la engañan.
- Vi que me mirabas y yo no pude evitar mirar tus piernas. Soy Martín.
- Vi que pasabas y no pude dejar de mover mis piernas. Paula.
Fueron hasta la barra del bar, se tomaron un par de cervezas y las palabras eran bombas atómicas cargadas de erotismo, el juego era candente, ella rozaba con sus rodillas sus muslos, posaba sus manos en sus hombros mientras inventaba alguna historia.
Susurran en su oído: Paula yo me voy, te quedas? Entonces ella le pasa la mano, le agradece la charla, el momento y los piropos, y agrega:
- Martín, Milan Kundera tiene la culpa.
Quizás el nunca entendió, pero para ella quedaba confirmada esa teoría esbozada en la insoportable levedad del ser:
“La coquetería es una promesa de coito sin garantía”

6 comentarios:

  1. Bueno, Milan Kundera entendìa el "histeriqueo" femenino.

    Yo las llamo, "calienta pavas".

    Bien escrito. Divertido y real.

    Un abrazo.

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  2. LincyLu creo que un amigo en común de color Rojito y de apellido de Mochila, estará encantado de leerle a Milan Kundera, porque muy a menudo usa ese término que puso el Gaucho: "calienta pavas"... Bueno no lo dice tal cual, pero utiliza un sinónimo mucho mas explicito 

    Creo que la coquetería es tan necesaria como el acto de respirar y sin ella no habría pava caliente ni mucho menos pava saciada ;)
    Como siempre Excelente el Blog!!! Gracias a vos y a una ardilla me estoy conectando nuevamente con mi lado femenino, es que mi universo es puro Testosteronas… (no me quejo, pero es bueno un poco de todo).

    Te quiero mucho - NIX

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  3. Aborrezco a las “calienta pavas”, en serio me ponen de muy mal humor…

    Muy buen post. Felicitaciones!!

    TQM, aapl.

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  4. Muy simpáticos los comentarios, me reí muchísimo y los calienta pavas los hay de ambos lados, sólo que las del lado femenino las utilizan más a menudo, jejejeje.
    Excelente post, una vez más.
    Saludos

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  5. Calienta pavas...seee, recuerdo que asi se llamó mi post inaugural en el Punto G.
    Siempre dan (damos) que hablar!

    Os quiero!

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  6. Calentar la pava es parte del charm de una mujer, y es parte del show. No olvidemos también algo de cultura popular patrocinada por Sprite :) hasta el más guaso de los piropos les agrada aunque no lo demuestren en el momento! A veces se puede tomar el mate, otras pues no queda sino preparase un rico tereré solano y sino te gusta pues "Salao chico" (como diría una amiga tica :).

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