martes, 10 de agosto de 2010

Incomprendidas


Cada vez que se instala alguna transición me da miedo. Las transiciones no son fáciles de superar, sobre todo para nosotras, las mujeres. Y ello se nos complica aún más porque somos unas románticas incurables, veletas enamoradizas.
Es que esto se trata de enamorarse, de ese encantamiento fugaz pero fortísimo que nos excita hasta hacernos temblar, y Wilde decía que la única manera de librarse de la tentación es cediendo ante ella.
Me han repetido miles de veces que las oportunidades se presentan una sola vez y que es casi un deber aprovecharlas, no puedes dejarlas escapar porque podrías cargar con el peso del arrepentimiento por toda la eternidad.
Para las féminas no es una cuestión frívola ni superflua, sino una consecuencia lógica de lo dicho antes y de ese hipnótico candor que emana de las vidrieras en esta época de: FIN DE TEMPORADA!!!
Lo confieso, a mi se me afloja fácilmente la billetera ante una liquidación como a Tiger Woods los calzones.
20, 30, 40 y hasta 50% de Descuento, 2x1 y toda clase de ofertas por donde sea que vayas, los ves en vidrieras, en buses, columnas, machacándote con el marketing viral; se meten por todas partes, es como esa película protagonizada por Tom Welling (lo único rescatable), The Fog, donde esa densa niebla no perdonaba agujero alguno, vaya, creo que conozco a unos cuantos así, pero mejor no me desvío hacia esos inhóspitos caminos.
Es probable que ante los ojos de un escéptico o un practicista empedernido tus invaluables adquisiciones no resulten más que cosas inútiles e innecesarias, pero eso es solo por la incapacidad que tienen de experimentar esa sensación abrumadora de llevar engreída un vestido nuevo.
Lo que sí es absolutamente injusto es que esos descuentos no se apliquen cuando vas de compras porque rompiste con tu novio, tenés novio nuevo, tu ex ya esta con otra, tu ex aún no tiene otra, tu ex te dejo por otra, tu ex debe saber que no sos como otras, porque es probable que te lo cruces en cierto evento o porque querés que cualquier mujer con que te atravieses explote de envidia (conozca o no a tu ex).
Podrán decir que es una enfermedad, te desesperarás a fin de mes cuando ya no haya ni monedas, fraccionarás una y otra vez tus deudas, te aconsejarán y sabrás que tienen razón, pero la emoción de llevar puestos unos zapatos nuevos no la puede pagar ni siquiera una MASTERCARD (aunque el par que compré el sábado las pagué con VISA, pequeño plástico que descansa en mi freezer porque le saqué fuego en este invierno polar).
Mi nombre es Lincy Lu y soy una compradora compulsiva.

5 comentarios:

  1. Que cosa, no?

    Yo odio ir de compras.

    Si tengo que comprar una camisa, lo mìo va màs o menos asì:

    -"hombre querer canisa. Cazar. Cazar camisa!"-

    Y agarro la primera que encuentro, siempre que sea blanca o azul.

    Odio ir al super, a las tiendas, o cualquier lugar donde haya que hacer cola.

    saludos

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  2. Bue, es un lado tuyo mi querida Lincy Lu que no conocía pero que no escapa tampoco a ninguna mujer.

    Es por eso que el éxito de los centros de compras están cimentados en las mujeres ya que detrás de ella vienen sus hijos, y por ende sus maridos, amantes, novios, jegustahá, sponsors y todo aquel que se relacione con el sexo femenino.

    Es algo que llevan en los genes, la única diferencia es el grado o nivel de "compulsividad" que tiene cada fémina.
    Excelente el escrito amiga reflenjado un aspecto muy particular de nuestro sexo opuesto.

    Saludos

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  3. Soy muy indeciso cuando compro, es por eso que prefiero ir solo. También me considero comprador compulsivo, solo que a lo largo de la vida aprendí a no comprar cuando NO TENES… (cosa realmente difícil)… en verdad siempre termino de comprar algo de lo que me arrepiento después o directamente no me sirve… Y de ahí nace la pregunta (teniendo en cuenta el post anterior) “si no hubiese comprado”… :(
    Buen tema para discutir… felicidades una vez más por el post!!!!

    TQM, aapl

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  4. Ah! este tema sí que me gusta! Mi querida amiga, compartimos muchas cosas y entre ellas esa pasión [vicio] por las compras...
    Porqué nos hará sentir tan poderosas eso de adquirir?? Nos sentimos divas de Hollywood aunque lo que compremos luego pase a un depósito polvoriento o a la calle (pero en el cuerpo de otra).
    Y ni qué decir de la sensación que tenemos cuando hacemos galas de las pilchas recién compradas (a crédito) ahiii no hay quien nos pare... en la cima del mundo, infladas cuales sapos suspiramos airosas cual general volviendo de una batalla victoriosa...
    Las liquidaciones son para las compulsivas, como la el Happy hour en un bar para un curda... ¡un peligro!
    Cómo sucumbimos ante esos numeritos! a veces hasta nos hacen jugar al semáforo o la bruja de los colores, cada color es un % de descuento... he visto tiendas que ofrecen el mismo descuento que tu edad y un sinfín de variables que las estrategias de marketing modernas nos ofrecen como traveseando con nuestras débiles mentes.
    Estamos sin duda alguna frente a una de las enfermedades más comunes entre las féminas, se han creado grupos de apoyo para quienes padecen de esta afección de naturaleza no viral pero sí contagiosa, y la principal vía de contagio es la publicidad, nos llenan los ojos y oídos con dulces ofertas (que a veces ni lo son) hasta estallarnos el cerebro, y nos encaminamos hipnotizadas hacia el horizonte comprístico.
    En fin… dará que hablar y mientras tanto te cuento que hay liquidación de temporada así que ya me voy!

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  5. La mujer a la que no le guste las compras, vino fallada de fábrica :) Quién hace buenos zapatos o carteras para mujeres tiene la vida hecha ¿a poco no? Pienso que el único obstáculo entre tener TODO lo que se pueda desear y las mujeres, son las leyes :D

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