martes, 17 de mayo de 2011

Después de la tormenta, viene un posteo


Que el pasado muerto entierre sus muertos, decía Henry Longfellow Wadsworth, y ayer uno de esos que decidí enterrar desfiló ante mis ojos, tan vivo como el día que lo conocí.

Cuando mis vestiduras hablaban de mi luto, creí no soportar la realidad de que los caminos se bifurcan incontables veces y que irremediablemente los destinos de quienes consideramos son nuestro eje gravitacional, terminan por andar rumbos distintos al que elegimos.

Carreteras rápidas que conducen a lugares abismalmente distantes y que comparten el mismo sitio paradójicamente, ese es el mundo en el que debemos desenvolvernos, y el temor a flaquear es grotescamente grande.

Sobreviví. Mejor aún, acepté cara a cara, que las decisiones tomadas, espontáneas o forzadas, eran la mejor opción. La serenidad y paz que traen consigo estas fortísimas experiencias son, indiscutiblemente, un pedazo de cielo en este inmundo universo de banalidad.

Asentada en este nuevo estadio, uno que se va desplegando paulatinamente, que me va mostrando rostros amables, manos cálidas y la sabiduría empírica que el látigo de la vida les ha dejado, componen una nueva melodía en mí, sin dejar de ser la misma canción.

Segundos en los que mi cabeza disparaba incesantemente ideas, vino una a flote, trillada quizás, pero que recientemente un nuevo amigo, uno que desearía perdurara más que uno de mis ciclos, me espetó con claras intenciones de manipulación: “Uno debe arrepentirse de lo que no hizo”.

Empero, uno se arrepiente con grosera pasión de ciertos sucesos, la diferencia entre arrepentirse de lo que no se ha hecho de lo que sí, es que en el primer caso, uno se queda con la duda enclavada en la sien de lo que hubiera sucedido, hasta convertirse casi en una utopía, y en el caso de lo hecho, cuando el arrepentimiento acude, es que ya no tiene remedio.

Cuando las cosas no encajan con nuestras fantasías, cuando una verdad nos sumerge en océanos de frustración, no existe diferencia entre hacer o no hacer, siempre moveremos las piezas del tablero, montando escenarios diversos para ver si alguna vez el resultado varía, sin embargo, como en las ciencias exactas, en ocasiones, el orden de los factores no altera el producto.

4 comentarios:

  1. Creo que todos, por más que repitamos incansablemente de que no nos arrepentimos de lo pasado, en algún momento por más fugaz que fuese nos pasa la idea del arrepentimiento, del no debí hacerlo, pero ya es tarde... a veces tardísimo...
    Realmente lo pasado no siempre es pisado y resurgen en nuestras cabezas escenas confusas que preferimos que estén archivadas y confinadas en una súper caja fuerte, pero por algún motivos las desgraciadas resurgen... en fin, trato de creerle a Alejandro Jodorowsky cuando dice “…Cuando dudes de actuar, siempre entre "hacer" y "no hacer" escoge hacer. Si te equivocas tendrás al menos la experiencia…” pero no me convence! Impecable… sigamos en posteos

    ResponderEliminar
  2. Es cierto. Te errepientes de las locuras que no cometes.

    Pero nadie es perfecto. El tema, es tener actitud, y no decaer.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Hubo un capítulo de That's 70's Show, en el que Eric estaba tan enojado con Donna por que rompieron, que dijo que prefería no haberla querido nunca, que pasar por el dolor que sentía. En sueños le apareció un personaje, que al estilo los fantasmas de la navidad le mostró tiempos de cómo sería su vida si su deseo se le cumpliera. Justo antes de consederle el deseo, le dió una última oportunidad, y pasaron frente a sus ojos todos los buenos momentos compartidos y antes de que el personaje dijera nada, él sin dudar contestó "No, por favor no me quites sus recuerdos, por favor quiero quedármelos, con todos..." Y ahí despertó de su sueño, y la rabia nunca volvió. Hay momentos en que la amargura nos cega, pero prefiero siempre arrepentirme de algo que hice, a vivir con la duda. El mundo no es de los tibios.

    ResponderEliminar
  4. NO EXISTE DIFERENCIA ENTRE EL HACER Y EL NO HACER, LA DIFERENCIA SE DA CON EL INTENTAR.

    ResponderEliminar

Yo opino: